viernes, 10 de septiembre de 2010

Belleza y Fealdad


La estética se podría definir como la disciplina que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Sin embargo, conceptos como el de belleza o fealdad no son tan fáciles de definir, pues constituyen experiencias exclusivas para cada sujeto. Así pues, lo que una persona percibe como bello no lo tiene que ser obligatoriamente para otra. Por lo tanto, aunque todo objeto tiene posibilidades estéticas propias (y objetivas), necesita de una persona a quien esas características la afecten tocando su sensibilidad, experimentando así su valor estético. La fealdad, en cambio, tendría que alejarse de la concepción estética de belleza, pues entendemos como feo al fenómeno de la realidad adversos a lo bello. Sin embargo, esta relación entre lo bello y lo feo es mucho más compleja que una simple oposición. Se podría afirmar que, a través del arte, la fealdad ha adquirido un valor estético. Incluso podría llegarse a afirmar que los efectos de la experiencia de Fealdad son más intensos que los de la experiencia de la belleza, logrando un impacto mayor y más duradero con la estética de lo feo.

Aunque es bien conocida la herencia clásica acerca de la exquisita concepción de lo bello (basado en la proporción y la harmonía), también en aquella época hubieron conocidos ejemplos en el mundo de la falta de medida: DIONISIOS, dios del vino y del disparate feo y desmesurado; Saturno matando a sus hijos… La fealdad, con el auge del cristianismo, sirve como contraste a la belleza representada por Dios y sus actos. Por consiguiente, en la Edad Media, la fealdad se identificó con todo aquello antagónico a Cristo: diablos, animales feos, esqueletos o calaveras. El Renacimiento es una vuelta a los cánones clásicos, un retorno al orden tras la edad media. En la época contemporánea, muchos han sido los artistas que han establecido una contemplación de lo feo, haciendo de éste un recurso para la expresión artística. El artista que cultiva la estética de la Fealdad toma todos los puntos convencionalmente feos de la naturaleza, para hacer de su obra un escenario feísmo, que mediado por el arte logra éxito en los espectadores. Esta idealización de la vida vista como belleza va cambiando poco a poco con el paso de los siglos. Por ejemplo, en El Quijote, podemos ver ya este aspecto de la modernidad a través de su descripción de las mujeres sin ocultar su desagrado físico.


Así pues, el concepto de Fealdad ha ido cambiando en relación con los distintos períodos históricos o culturas y, citando a JENÓFANES DE COLOFÓN, si los bueyes, los caballos y los leones (…) pudiesen (…) hacer obras como las que hacen los hombres, semejantes a los caballos el caballo representaría a los dioses, y semejantes a los bueyes, el buey, y les darían cuerpos como los que tiene cada uno de ellos. Sin embargo, afirmar que la fealdad es un concepto relacionados con una época o cultura, no significa que no se haya intentado siempre definirla en relación con un modelo estable. El mismo NIETZSCHE dice que lo feo se entiende como señal y síntoma de degeneración. Todo indicio de agotamiento, de pesadez, de senilidad, de fatiga, toda especie de falta de libertad, (…) esto provoca una reacción idéntica, el juicio de valor “feo”. Este argumento de NIETZSCHE nos viene a decir el término de Fealdad está definido en relación con un modelo específico y objetivo.


Lo Kitsch.

En la actualidad, el mal gusto está adquiriendo una notoriedad que luego ha pasado a la moda cara y lujosa. El mal gusto, comúnmente llamado kitsch (Palabra de origen alemán que significa algo de mal gusto), son las reproducciones cutres de obras maestras, las copias de columnas romanas metidas en el salón de casa o las figuritas de esculturas griegas en mármol pulido y con purpurina. En cierto modo es una exhibición de ignorancia o de desaliño cultural, pero si se mira con ternura revela algún rayo de irónica belleza. El kitsch se asocia al desarrollo del mercado de consumo masivo, tanto es así que desde varios ámbitos intelectuales, se ve como el hijo natural de la modernidad. Este Nuevo concepto de la fealdad es una vuelta atrás, una vuelta a lo cómico y caricaturesco. Los medios de comunicación masivos, sobre todo las televisiones, bombardean diariamente al espectador con todo tipo de programación y personajes del más puro estilo Kitsch. Ya no solamente me refiero a la conocida como telebasura, sino que también a grandes producciones de cine españolas (Torrente y el brazo tonto de la ley, …) o Estadounidenses (Algo pasa con Mary …) o festivales de la canción (Eurovisión y el Chiky-chicky) donde se explota lo feo y grotesco desde un punto de vista humorístico y con el único fin de entretener al espectador. Por lo tanto, la fealdad y lo grotesco pasan a ser un utensilio fácil para provocar la risa y mantener une estado de interés en el espectador que está viendo el programa o película. T. ADORNO, en los años 30, ya percibió este movimiento en lo que él llamaba la industria cultural, donde el arte está controlado y planeado por las necesidades del Mercado y es dado a un pueblo pasivo que lo acepta.

Aun así, existen maneras distintas de entender este movimiento. Una visión más purista, afirma que el kitsch elige de manera consciente objetos y actitudes descalificados por la estética dominante. De esta forma, la fealdad estridente de los objetos elegidos parodia el carácter convencional de lo considerado estéticamente aceptable. El kitsch, sistemáticamente adoptado por la postmodernidad, aparece en muchas de las películas de Almodóvar. En ellas, figurinas de plástico y escayola pintada, peinados y canciones camp son presentadas provocativamente en pantalla, llamando la atención sobre su presencia y reclamando el derecho a compartir los medios de representación con los objetos sancionados por la alta cultura. Este uso de la estética kitsch es más frecuentado en ámbitos culturales muy específicos, y se acerca más bien a mostrar una visión surrealista de la realidad con el fin de reclamar una posición cultural dentro del mainstream dominante. Como ya he comentado, Almodóvar es un buen ejemplo, pero podemos encontrar muchos más: El Pop Art, la Mardi Gras, el pintor noruego ODD NERDRUM … En resumen, para este colectivo, el Kitsch es una forma de expresión cultural más, la cual no tiene nada que envidiar a las formas de expresión cultural tradicionales.

LA BELLEZA

La pieza de "El Beso" es a mi punto de vista la obra de arte más bella del grupo de esculturas que pude observar el pasado domingo, si bien es cierto podrá ser la pieza más comercial, y que a toda la gente gusta, es porque todos se sienten identificados con un beso, pues un beso lleva sentimientos, de tal manera que en esta pieza encontramos una carga emotiva, pero si bien es cierto no quisiera dejar de mencionar la similitud que tiene esta pieza con la portada del disco "The division bell" de la banda de rock Pink Floyd, creo que es por ahí donde me termina de convencer y de hacerla la obra más bella.

LA FEALDAD

Como ya hemos visto la fealdad puede ser que nos atrape y nos envuelva más que lo propiamente bello, es entonces donde la pieza de "El Sombrerón" se torno interasante luego de escuchar la opinión de algunos compañeros que la pieza era demasiada abstracta y por ende no se entendía fue entonces cuando decidí dedicarle más atención y por eso mismo apreciarla más despacio, tomando footgrafías y buscando diferentes angulos me encontre con uno que me sorprendió y la obra quedo más que clara para mí.

LO KISTCH

Ya había tenido la oportunidad de ver estas esculturas, y la pieza que nunca me convenció y durante este recorrido no fue la excepción fue "Espiritú" le trate de buscar ángulos, lados, forma, pero por más que intente no lo logre, me parece una pieza tan sencilla, y con mucha desventaja a comparación de las demás, es por eso que la catalógo como una pieza Kistch.


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